Mi bisabuelo fue el primer gato de esta gran familia que es Credicompras.
Era un siamés con mucha calle -en sus épocas era el rey del barrio, un joven gato callejero con mucho estilo.
Este gatazo, patriarca de los felinos, se coló dentro de la primera oficina de Credicompras. Y sucedió el flechazo: lo adoptaron y él adoptó también a la gente que trabaja aquí.
36 años después, Credicompras sigue siendo el hogar de mi familia felina. Y yo soy la más joven mascota de la empresa.
Por suerte para mí y mi gatuna pandilla, gozamos de muchas ventajas. Por ejemplo, como es una empresa llena de buena gente tenemos muchos amigos y amigas que nos prestan atención.
A cambio de tantas gentilezas me brindo por entero: este pelazo que tengo es un efectivo dispositivo antiestrés -¿sabían que los científicos recomiendan acariciarme, hacerme mimos y jugar conmigo?-.
MI BISABUELO
¡EL VASCO!
1995
MI ABUELO:
EL SABIO VASQUITO
2005
MI MAMÁ:
LA POPY
2015
Como soy tan importante para el funcionamiento de Credicompras, ¡me nombraron integrante del Directorio! Sí, tal cual. ¡Qué empresa tan diferente, che!
De tanto prestar atención a este gran equipo de humanos que trabaja aquí, aprendí a escuchar y entender las necesidades de las personas que nos visitan, llaman y escriben para pedirnos soluciones.
Al igual que todos aquí, quiero lo mejor para los clientes. Me reconforta que logren lo que se proponen, que hagan realidad sus sueños. Siempre acá estamos dispuestos a darles una mano cuando lo necesitan. Aunque en mi caso, les puedo hacer “una pata”.
¡Pensar que mi familia y yo hemos acompañado el crecimiento de Credicompras desde que era un local chiquito hasta la empresa que es hoy.
Credicompras es mi casa y es mi familia. Y lo seguirá siendo para todos quienes confían en nosotros.
Tu amigo, CECÉ.